Cuba es un destino con tantas expresiones culturales, costumbres e historia, que elegir la más representativa de todas es una tarea sumamente difícil, como igual de extenso sería hablar de cada una de ellas. Pero dentro de todas estas peculiaridades que dan vida y estilo propio a esta isla caribeña, el Habano es posiblemente junto con el ron, la que ha podido ser compartida prácticamente con todo el mundo.
-Torcedor cubano en elaboración de un habano-
Se le denomina “Habano” a los cigarros de tabaco cubano elaborados por torcedores en la isla, a través de un procedimiento basado en múltiples y severos controles en el cultivo, la fermentación, el secado y el añejamiento. Esto significa que el Habano es un producto con denominación de origen, es decir, no puede provenir de otra parte que no sea Cuba.
La historia de este producto nos dice que Cristóbal Colón llegó a las Antillas y descubrió a un grupo de taínos (habitantes precolombinos de esta tierra) fumando un cigarro hecho de hojas de tabaco negro al cual nombraron cohíba, mismo que después fuera llevado a Europa, comenzando así su andar por el mundo.
-Marcas de puros cubanos-
En 1779 se abrió la primera fábrica de puros en La Habana, llamada Casa de la Beneficencia. A lo largo de los años, esta industria local se multiplicó y hoy en día Cuba cuenta con 32 marcas de puros, muchas de ellas reconocidas a nivel mundial, destacando entre las más famosas Montecristo, Cohíba, Partagás y Romeo y Julieta, sólo por mencionar algunas.
Al igual que cualquier producto que se comercializa en el mercado, el precio de un habano puede variar con base en varios aspectos, incluyendo la marca y su vitola, es decir, su tamaño definido por longitud, grosor y diámetro. Para conservar su sabor y no tener ninguna alteración en el aroma, es recomendable encenderlo con un cerillo de madera, preferentemente largo, además de tener a la mano un buen cortador y un humidor para su óptima conservación.
-Conoce las normas de cada país-
Aunque mucha gente viaja a La Habana y otras partes de Cuba en busca de estos exclusivos habanos, es recomendable adquirir información previa acerca de las regulaciones con que cuenta cada país, ya que al ser un producto natural, su importación cuenta con ciertas restricciones. Por ejemplo, hoy en día a México sólo es posible ingresar 21 piezas por persona. En otras naciones la introducción de este producto genera impuestos, por lo tanto siempre será mejor estar prevenido para así poder disfrutar tus Habanos sin ninguna complicación.
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